El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) provoca en los niños:
• Hiperactividad;
• Impulsividad;
• Déficit de atención.
Muchos de estos comportamientos son normales en la mayoría de los niños; la diferencia es que en los niños sin TDAH, estos síntomas tienden a disminuir según crecen y pasan de la educación infantil a la primaria.
A la hora de distinguir entre un niño con TDAH y un niño sin TDAH, es importante tener en cuenta la cantidad e intensidad de los síntomas y su permanencia en el tiempo y en diferentes situaciones. En los casos de TDAH, las conductas hiperactivas e impulsivas, así como los síntomas de inatención, son:
• Más intensos de lo que se espera;
• Se manifiestan en más de un lugar (colegio, casa, etc.);
• Suelen prolongarse por más de seis meses.
Además, hay que dejar claro que no todos los síntomas son iguales en todos los pacientes; éstos pueden existir en diferentes grados de gravedad.
Hiperactividad. ¿ A qué nos referimos? Es la situación de incapacidad de permanecer sentados en situaciones que lo requieren.
• Cuando están sentados, cambian de postura con frecuencia y mueven los pies y las manos constantemente;
• Corren o saltan excesivamente en situaciones inapropiadas;
• Tienen dificultad para jugar o divertirse en silencio o tranquilamente;
• Suelen entorpecer los asuntos de los demás, tocan cosas que no deben;
• Están siempre en movimiento, como si estuvieran con el "motor en marcha";
• Hablan en exceso;
• Suelen tener más accidentes de los normales.
Impulsividad. ¿ A qué nos referimos? Es la situación en la que actúan antes de pensar.
Sólo ven las consecuencias de sus actos cuando es demasiado tarde y ya han dicho o hecho algo fuera de lugar; sin embargo, no aprenden y vuelven a reaccionar de forma irreflexiva.
• Interrumpen constantemente conversaciones y juegos;
• Se muestran impacientes; les cuesta esperar su turno;
• Suelen resistirse a la disciplina;
• Responden bruscamente y antes de que se haya completado la pregunta;
• Se entrometen en los asuntos de otros;
• Suelen ser poco previsores y olvidan planificar;
• No distinguen el peligro, se enfrascan en actividades peligrosas;
• Escasa tolerancia a la frustración.
Déficit de atención
• Tienen dificultades para mantener la atención en tareas o en el desarrollo de actividades lúdicas;
• Evitan comprometerse en actividades que requieren un esfuerzo mental sostenido;
• Pueden tener problemas para priorizar las tareas, cometen errores por descuido en los deberes escolares y otras actividades, ya que no prestan suficiente atención a los detalles;
• No parecen escuchar cuando se les dirige la palabra;
• Se distraen con facilidad; suelen dejar lo que están haciendo para atender a ruidos o hechos triviales;
• Les cuesta seguir instrucciones u órdenes y no finalizan sus tareas;
• Tienen dificultades para organizar sus tareas y actividades;
• Son muy olvidadizos en sus tareas cotidianas;
• Cambian continuamente el foco de atención, sin alcanzar nunca el objetivo final;
• Pierden con frecuencia los elementos necesarios para sus tareas o actividades (lápices, cuadernos, juguetes, etc.).
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